Romper. Sí, vayamos y rompamos vidrios. Que truenen y su caída sea nuestra satisfacción, la señal de una nueva existencia. Rasguemos todo estudio, hay que arrojarlos al fuego y reducir todo a cenizas. Quitemos de nuestro hablar palabras como 'edición'. Hagamos música estruendosa y que los truenos en el cielo nos acompañen. Gritemos y que nuestra fuerza primitiva hiele la sangre y fascine. Lo único que haremos en forma planeada es el sacrificio de la doncella, será consumida, es una promesa.
II
Ayer vi un dibujo, había una mujer sentada con los ojos cerrados y detrás de ella, dos imágenes: Un océano con una embarcación, y soldados de la antigua Grecia. Pensé en el cuidado con el cual la escena fue planeada, tal vez pasó por alguna clase de edición. Fue el dibujo que observé durante más tiempo, al costado de la mujer se hallaban unos libros, pero no recuerdo los títulos. Al salir de la exposición tomé un folleto y dentro estaba mi nueva musa. Ahora ese trabajo está en la pared de mi estudio.
III
Observo lo grande, lo notorio, miro y observo con detenimiento lo que ocurre a nivel mundial, pero no es lo que más me remueve, no, donde yo me detengo durante más tiempo es en lo 'menos significativo', lo que no obedece a una planeada ética. Yo observo la soledad en sus diferentes formas, no como un estudio, sino en un sentido de experiencia y emoción, y me conduce a una inevitable edición de lo que soy antes de salir al mundo.
IV
Con vergüenza sueño con escribir poesía, sí, vergüenza porque es un arte que obedece mucho más a un don que a la constante práctica, no hay estudio, ni edición que valga si el interior del aspirante a poeta es árido. Aún así en el secreto más absoluto bosquejo 'poemas', los escondo, los leo. No existe una organización planeada, sólo espero el momento de perfecta inspiración. No olvido jamás que es de lo poco espontáneo que nos queda en este mundo.
****